viernes, 12 de abril de 2013

SITUACIÓN LINGUISTICA EN VENEZUELA

La situación lingüística en Venezuela lengua oficial
El Preámbulo de la Constitución vigente (1999) define nuestra realidad cuando expresa que “con el fin supremo de refundar la República para establecer una sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural /.../” se decreta la nueva Constitución. Un país conformado por oleadas sucesivas desde el mundo precolonial con pueblos autóctonos de diferentes antigüedades, con una colonización no sólo multilingüe sino multidialectal, con la integración de una determinante importación de mano de obra esclava – también multilingüística como en todo el Caribe (Vid Serrón, 1997) – para la incipiente economía agrícola, especialmente cacaotera. Una segunda referencia debe iniciarse con las migraciones características del siglo XIX, acentuadas en el siglo XX por la explotación petrolera, primero de poblaciones europeas – fundamentalmente de lenguas latinas como el portugués, italiano, gallego y los variados dialectos españoles y posteriormente, de otras diversas nacionalidades y lenguas: árabes, chinos (también de múltiples lenguas y dialectos). Finalmente, ya en la segunda mitad del siglo XX, el país recibió unas fuertes corrientes migratorias que se originaron primero en las dictaduras fascistas europeas y en las consecuencias naturales de guerra y postguerra, y después, en la endémica grave situación económica y política de Latino América. No podemos dejar de lado un aporte puntual pero significativo del alemán de la Selva Negra ubicado, desde hace más de 150 años, en un enclave rural y turístico cercano a Caracas (alemanisch - Vid Mosonyi y González Ñáñez 1970), así como tampoco, la presencia de una representación local de esas formas características de la lingüística caribeña que son los criollos (patois de Güiria y el loango de Barlovento - Vid Mosonyi el al 1983). Estamos hablando de un país cuya peripecia histórico-económica hizo lo que su Constitución recoge: multiétnico y pluricultural, y en ambos conceptos, el tema lingüístico o es determinante, fundamental, o es, por lo menos muy importante. Como es importante también señalar que a diferencia de otros países, Venezuela ha sido históricamente un país de acogida, un país receptor, distinta, por ejemplo, de los países europeos que en su mayoría han sido por épocas, emigrantes e inmigrantes o de muchos países de América, tradicionalmente con población inmigrante.
Los “Principios fundamentales” de la Carta Magna, ratifican lo expresado por primera vez en la versión de 1961 y señalan “El idioma oficial es el castellano” y aquí dejamos de lado un tema interesante, centrado en la polémica terminológica, pero más ideológica, que se ha dado entre castellano (constitucional), español (de muchas denominaciones incluso de cursos de universidades) y la solución hispánica de compromiso (castellano-español, o español-castellano)
Sin embargo, esta primera afirmación lingüística que determina que la lengua materna del 90 % de la población es “oficial”, es conveniente aclarar su alcance. Lengua oficial “... se refiere concretamente al uso obligatorio de esa lengua en documentos y otras actividades oficiales (no se incluye generalmente la docencia por cuanto ésta es objeto de decisiones separadas)” (S. Serrón, 1993). Stewart (1974) da mayor precisión en nuestro contexto cuando expresa: “el uso de la lengua considerada legalmente apropiada para todos los fines representativos políticos y culturales. En algunos casos, la función oficial de una lengua está especificada por la Constitución” (subrayado nuestro).”
Sin embargo, ese carácter de “oficial” no implica homogeneidad ni idiomática, ni cultural, ni – como es evidente - étnica. Entendemos por (no) homogeneidad lingüística del español en Venezuela, al reconocimiento que es la misma lengua pero con variedades, tanto como ocurre en el marco peninsular o americano.
Pero, ese carácter oficial, es matizado en esta oportunidad, y como reconocimiento constitucional a largas luchas de los pueblos indígenas y sus aliados desde los 50, se agrega en el texto constitucional: “Los idiomas indígenas también son de uso oficial para los pueblos indígenas y deben ser respetados en todo el territorio de la República, por constituir patrimonio cultural de la Nación y de la humanidad”. Esto complementa la Exposición de Motivos de la Constitución donde se expresa que “se modificó el artículo tradicional sobre el idioma oficial al declarar que el idioma oficial de Venezuela es el castellano, pero se reconocen los idiomas de los pueblos indígenas como oficiales en las comunidades donde son lenguas maternas, pudiendo usarse al igual que el castellano”. Otros artículos completan ese ropaje constitucional, algunos generales como el 119, en el que se reconoce “la existencia de los pueblos y comunidades indígenas, su organización social, política y económica, sus culturas, usos y costumbres, idiomas y religiones”, o puntuales como el numeral 3 del 49 que prevé la asistencia de intérpretes en los procesos judiciales y administrativos o el 121, al que haremos referencia en el apartado educativo.
Debemos señalar, sin embargo, que no es un acto constitucional original. Por una parte, todas las disposiciones constitucionales están en total concordancia con las propuestas de la Reunión de Consulta Técnica sobre Políticas Educativas Gubernamentales para los Pueblos Indígenas (Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) Querétaro, México, 9 - 11 de octubre de 1995), especialmente cuando se expresa “Promover acciones encaminadas a que el Estado reconozca la diversidad cultural y lingüística en su constitución y leyes de educación.”
Por otra parte, López y Küpper (1999), antes de nuestro cambio constitucional, señalan:
Respecto del estatuto legal de los idiomas amerindios, hay que señalar que hasta hace muy poco tiempo el Perú constituía una excepción en la región, porque su legislación había otorgado a un amerindio, desde 1975, el carácter de idioma oficial. Hoy varios otros idiomas indígenas acompañan al quechua en esta condición, como producto de las transformaciones legales, incluidas las constitucionales, que han tenido lugar en las últimas dos décadas. En 1991, la nueva Constitución colombiana reconoció como oficiales, junto al castellano, a todas y cada una de las lenguas indígenas habladas en su territorio. Lo propio ocurre con la nueva Constitución peruana de 1993, o la ecuatoriana de 1999: en estos últimos países todas las lenguas indígenas son idiomas de uso oficial en las regiones en las que se hablan. Así mismo, los idiomas indígenas son oficiales en Nicaragua en las regiones autónomas del Atlántico Norte y Sur y el guaraní lo es también ahora en el Paraguay, aunque no gocen de esta situación todas las demás lenguas indígenas habladas allí.
No obstante ese carácter de “oficial”, la discriminación con los grupos lingüísticos indígenas, surge de su no estandarización, o su no estandarización plena, en cuanto “La variedad estándar es la lengua corriente interpersonal cuyo uso está reservado a los contextos formales en el campo de las relaciones sociales y estatales y que la sociedad ofrece como modelo” (Obregón, 1983b,p.25). En otras palabras, no es ofrecida como “modelo” para las relaciones sociales, formales, estatales, solo un sistema, tal vez incluso modelo, en el uso comunitario, nada más.
Podríamos resumir que:
Venezuela es un país con una población que mayoritariamente tiene el castellano como lengua materna, y, con carácter constitucional (artículo 9) de lengua oficial, sin embargo, ahora comparte ese rol con idiomas indígenas, ancestrales y patrimoniales. En otras palabras, pasó de ser una lengua impuesta y dominadora, superior pero nunca mejor, a ser una que, en democrática igualdad, transita con sus iguales el camino hacia un futuro que antes les fue negado. Enorme paso que nos ayuda, por fin y luego de cinco siglos, a dejar atrás la conquista y la colonia y, sobretodo sus consecuencias de miseria y explotación, pero nos obliga también a ser coherentes con ese precepto en el desarrollo de políticas educativas. (Serrón, 2001a)

sábado, 10 de marzo de 2012

BIENVENIDOS

PARA MEJORAR EL MUNDO, EMPIEZA POR TI MISMO!

Como persona: Siendo honesto contigo mismo y con los demás, responsable en tu hogar y en tu trabajo, en tus estudios, justo en tus decisiones y sobre todo ponle calor humano a cuanto haces.

Apreciados estudiantes bienvenidos a nuestra guia de navegación, en este espacio compartiremos conocimientos y experiencias.

martes, 11 de mayo de 2010

NARRACIONES LITERARIAS

APRECIADOS ESTUDIANTES A CONTINUACIÒN ENCONTRARAN UNAS MUESTRAS DE LITERATURA VENEZOLANA: POESIA, CUENTOS, LEYENDAS, ESPERO LAS DISFRUTEN Y COMPRENDAN YA QUE ES MATERIA PARA LA PRUEBA DE NUESTRA PROXIMA CLASE.

POESIA VENEZOLANA

POESIA VENEZOLANA
La poesía venezolana repite la historia de muchas otras naciones sudamericanas, al surgir como el fruto de la literatura indígena y de la literatura colonial. Estas dos tradiciones, la de los pueblos autóctonos y la de los españoles, se combinaron en el desarrollo de la producción poética venezolana.

Andrés de Jesús María y José Bello López (1781-1865), conocido simplemente como Andrés Bello, es considerado como uno de los primeros poetas que propuso la creación de una lírica latinoamericana. Además de poeta, fue educador, filólogo, jurista y dirigente político. A lo largo de su vida, residió por muchos años en Londres y en Santiago, e incluso recibió la nacionalidad chilena.

El periodo del romanticismo encontró en Venezuela a exponentes como Fermín Toro (1806-1865), Juan Vicente González (1810-1866) y Juan Antonio Pérez Bonalde (1846-1892), siendo éste último mencionado como uno de los precursores del modernismo. Andrés Mata (1870-1931), por su parte, es otro de los autores que se ubican entre la frontera del romanticismo y el modernismo.

Dando un salto temporal podemos llegar al siglo XX, donde surgió la gran figura de Arturo Uslar Pietri (1906-2001). Frecuentemente nombrado entre los intelectuales venezolanos más importantes de su época, fue escritor, periodista, político, abogado y productor de televisión. Su brillante trayectoria, con libros de poesía como “El hombre que voy siendo” y “Manoa: 1932-1972″, le permitió obtener diversas distinciones: Premio Nacional de Literatura, Premio Príncipe de Asturias de las Letras, Premio Rómulo Gallegos, Gran Cruz de la Legión de Honor en Francia y otros. Andrés Eloy Blanco (1897-1955) y José Antonio Ramos Sucre (1890-1930) son otros de los autores más reconocidos de este periodo.

Por último, podemos mencionar a dos grandes poetas que fallecieron recientemente: Adriano González León (1931 – 12 de enero de 2008) y Eugenio Montejo (1938 – 5 de junio de 2008).

POEMAS DE ANDRES ELOY BLANCO

Silencio

Cuando tú te quedes muda,
cuando yo me quede ciego,
nos quedarán las manos
y el silencio.

Cuando tú te pongas vieja,
cuando yo me ponga viejo,
nos quedarán los labios
y el silencio.

Cuando tú te quedes muerta,
cuando yo me quede muerto,
tendrán que enterrarnos juntos
y en silencio;

y cuando tú resucites,
cuando yo viva de nuevo,
nos volveremos a amar
en silencio;

y cuando todo se acabe
por siempre en el universo,
será un silencio de amor
el silencio.


Andrés Eloy Blanco (1896-1955).

Poeta, cuentista, dramaturgo, periodista, biógrafo, orador y ensayista venezolano. Destacó en la poesía con una luz muy especial, lejano a las concepciones de sus contemporáneos. Siempre atento a la voz de la gente, de la calle, que halló reflejo en su versos. En el cuento, especialmente en "La gloria de Mamporal", criticó las famas pueblerinas; como dramaturgo, se asomó en la mejor de sus piezas, "Abigail" (1942), a las lecciones bíblicas; como periodista fue uno de los más afamados columnistas de la prensa venezolana; como biógrafo, se ocupó del gran presidente de la República, José María Vargas, en "Vargas, albacea de la angustia" (1946); como ensayista político, se destacó especialmente en su "Navegación de altura" (1941).

Extraordinario orador político y literario, cautivó a las multitudes venezolanas de los años treinta y cuarenta. Y lo siguió haciendo hasta su muerte en el exilio. Su última intervención pública, a horas del deceso, fue un discurso, en el cual llamó a lo mejor del espíritu venezolano a seguir viviendo. Como poeta gozó con sus poemas de una popularidad que tal vez sólo tuvieron Abigail Lozano (1821-1866) durante el siglo XIX, Andrés Mata (1870-1931) a principios del presente, Aquiles Nazoa (1920-1976) a partir de los años cincuenta o Víctor Valera Mora (1935-1984) en los últimos tiempos. Pocos de los creadores con el verso han logrado tan alta estimación pública, cosa que se pone de manifiesto con los textos que él recogió en su libro "Poda". Su obra contiene un registro muy amplio: toca lo personal, como en "El alma inquieta"; lo geográfico y lo telúrico ("El río de las siete estrellas"); se hace eco de las tradiciones ("El limonero del Señor"); es juguetón ("El conejo blanco" o "El gato verde"); suyos son romances sobre tradiciones, como el de "La loca luz Caraballo"; la transida emoción filial le lleva a concebir el que muchos consideran su mejor poema: "A un año de tu luz" o dejar escrito el viril testamento en su "Canto a los hijos".

POEMAS DE ANDRES ELOY BLANCO

PINTAME ANGELITOS NEGROS
Andrés Eloy Blanco
¡Ah mundo! La negra Juana,
¡la mano se le pasó!
Se le murió su negrito,
sí, señor.

- ¡Ay compadrito del alma,
tan sano que estaba el negro!
Yo no el acataba el pliegue,
yo no le miraba el hueso;
como yo me enflaquecía,
lo medía con mi cuerpo,
se me iba poniendo flaco,
como yo me iba poniendo.
Se me murió mi negrito;
Dios lo tendría dispuesto;
ya lo tendrá colocao
como angelito del cielo..

Desengáñese, comadre,
que no hay angelitos negros.

Pintor de santos de alcoba,
pintor sin tierra en el pecho,
que cuando pintas tus santos
no te acuerdas de tu pueblo;
que cuando pintas tus vírgenes
pintas angelitos bellos,
pero nunca te acordaste
de pintar un ángel negro.

Pintor nacido en mi tierra,
con el pincel extranjero;
pintor que sigues el rumbo
de tantos pintores viejos,
aunque la vírgen sea blanca,
píntame angelitos negros.

No hay un pintor que pintara
angelitos de mi pueblo.
Yo quiero angelitos blancos
con angelitos morenos.
Angel de buena familia
no basta para mi cielo.

Si queda un pintor de santos,
si queda un pintor de cielos,
que haga el cielo de mi tierra
con los tonos de mi pueblo,
con su ángel de perla fina,
con su ángel de medio pelo,
con sus ángeles catires,
con sus angelitos blancos,
con sus ángeles morenos,
con sus angelitos indios,
con sus angelitos negros,
que vayan comiendo mango
por las barriadas del cielo.

Si al cielo voy algún día,
tengo que hallarte en el cielo,
angelitico del diablo,
serafín cucurusero.

Si sabes pintar tu tierra,
así has de pintar tu cielo,
con su sol que tuesta blancos,
con su sol que suda negros,
porque para eso lo tienes
calientito y de los buenos.
Aunque la Vírgen sea blanca,
píntame angelitos negros.

No hay una iglesia de rumbo,
no hay una iglesia de pueblo,
donde hayan dejado entrar
al cuadro angelitos negros.
y entonces, ¿a dónde van,
angelitos de mi pueblo,
zamuritos de Guaribe,
torditos de Barlovento?

Pintor que pintas tu tierra,
si quieres pintar tu cielo,
cuando pintas angelitos
acuérdate de tu pueblo,
y al lado del ángel rubio,
y junto al ángel trigueño,
aunque la Vírgen sea blanca,
píntame angelitos negros.

CUENTO VENEZOLANO TIO TIGRE Y TIO CONEJO. AUTOR ANTONIO ARRAIZ

El pobre tío Tigre estaba echado debajo de una mata de mangos relamiéndose sus pobres patas ya que un Puerco Espín le había lanzado todas sus espinas por todo su pobre cuerpo. Ese Tío Conejo si es mañoso y astuto. Se dio cuenta a tiempo de que lo había engañado ofreciéndole una mano de cambur para comérmelo, y ni corto ni perezoso llamo al tío cachicamo que a su vez era muy amigo del Puerco Espin, y no me dio tiempo ni siquiera de ponerle una garra encima gimiendo todavía por el dolor que le habían producido las heridas de las espinas.
Sin embargo, en ese momento paso un gran zamuro cerca de Tío tigre diciéndole: - Quieres comerte a Tío Conejo, yo te puedo ayudar, pero eso sí, me tienes que dar una parte de los animales que caces para tus comidas. Tío Tigre no muy convencido lo observo, pero al final acepto:- Pero, ¿cómo? ese conejo es muy mañoso. El Zamuro le indico: - Detrás de esa gran sembradía de cambures, y al final de una gran hilera de matas de mangos y lechosas corre un riachuelo, allí se encuentra escondido en el fondo del rió una gran olla, dicen que es la olla de los deseos, y cualquier deseo que pidas se te puede cumplir, incluso atrapar al mañoso de Tío Conejo. Tío Tigre muy entusiasmado se afilo sus grandes garras imaginándose que todo seria muy fácil, y ya se estaría comiendo a tío conejo.
Sin embargo, una iguana lo había escuchado todo, y se fue a donde vivía Tío Conejo. Mira Tío Conejo, Tío Tigre te tiene una trampa, te va comer pero eso si consigue la olla de los deseos. La olla se encuentra en el río que se encuentra cerca de la hilera de matas de mangos y lechosas. – Pues, yo voy a descubrir primero esa olla. A mi no me comen tan fácilmente- Dijo Tío Conejo.
A pesar de que Tío Tigre era muy veloz, Tío Conejo también muy ingenioso, así que le dijo su amigo canela, el caballo que habitaba cerca de su madriguera que lo llevase al río porque ya Tío Tigre llevaba la delantera, explicándole en el camino todo lo referente a la olla. Cuando Tío Conejo ya había llegado al río, Tío Tigre estaba a poco metros de distancia, y este ya había divisado donde estaba la olla.
Sin embargo, debajo de los matorrales se encontraba una mofeta. Tío Conejo la llamo:- Mira, allí esta Tío Tigre, y te voy a decir un secreto, el tiene planeado mudarse para acá para comerse todos los animales que viven por este sector. Tú eres el único que los puedes salvar. Acércate sigilosamente, y lanza tu perfume, y así saldrá corriendo, y no se le ocurrirá venir mas por estas regiones encantadoras- La mofeta, que de solo la idea de pensar que iba ser el bocadillo de ese felino o alguno de sus amigos no pierdo tiempo, y se le acerco a Tío Tigre. _ Hola, Tío Tigre. ¿Qué haces por aquí? -Lanzándole en ese momento a Tío Tigre su delicioso perfume. Y el pobre Tío Tigre cubriéndose de la hediondez del perfume de la mofeta se lanzo al río. En ese momento, Tío Conejo encontró la olla y se la llevo corriendo a su guarida, y pidió a la olla mágica que le trajera siempre zanahorias, y frutas en los tiempos de lluvia, y cómo el era muy generoso lo compartió con todos sus amigos. Y colorin colorado este cuento se ha acabado.

Nota: Antonio Arraíz fue un escritor venezolano autor de los relatos de Tío Tigre y Tío Conejo dirigido al público infantil. Sus relatos son humorísticos y divertidos para niños y grandes.